El idioma como barrera en la asistencia médica

Los recién llegados enfermos porque no pueden comunicarse con los doctores y la ausencia de servicios de intérpretes

LESLEY CIARULA TAYLOR
REPORTERA EN INMIGRACIÓN

Un número significativo de inmigrantes, incluyendo los recién llegados a Toronto, dicen que están enfermos porque no pueden hablar inglés lo suficientemente bien para decírselo a alguien. Esta situación la revela un doctor, que aboga por la salud de los inmigrantes, en el número actual de la revista Canadian Journal of Public Health.

“Hemos encontrado claros vínculos entre la salud y el idioma, dice el Dr. Kevin Pottie, investigador del Institute of Population Health y profesor de la Universidad de Ottawa. “Es otro nivel de evidencia.”

“A la gente no le gusta realmente hablar de esto. Lo están escondiendo o no documentan los pobres resultados. Hay una cierta vergüenza en la profesión médica porque no hacemos un mejor trabajo”.

Pottie y cuatro otros investigadores entrevistaron a 11.802 inmigrantes en busca de datos de lo que él llama “uno de los problemas más importantes en asistencia médica para los inmigrantes y los refugiados en la actualidad”.

A diferencia de los Estados unidos, sólo hay unos pocos estudios de caso de fallos médicos peligrosos por falta de traducciones, algunos localizados 20 años atrás. En los Estados Unidos, los juicios multimillonarios han forzado a 13 estados a exigir intérpretes profesionales capacitados en los hospitales y clínicas. En Canadá la ley solo provee intérpretes en las cortes.

“Son personas marginalizadas que apenas pueden sobrevivir, mucho menos, crear el tipo de atmosfera en donde alguien escriba sobre ellos,” dice Pottie, especialista en salud para inmigrantes y refugiados.

Apenas hace un año, una madre vietnamita de tres, estaba muriendo de cáncer, pero su equipo de médicos en el Hospital General de North York no podía decírselo.

“No tenía idea de lo que le estaba pasando,” dijo Frank Wagner, bioético del Toronto Central Community Care Access Centre. Era básicamente la violación de un derecho humano. Ella tiene el derecho a tener sus cosas en orden, a morir con dignidad, a estar de acuerdo con un tratamiento paliativo si esta de acuerdo con ello. Su organización asumió los costos de las tres visitas de un intérprete.

“Estamos esperando que explote un volcán”, dice Stella Rahman, coordinadora del Cultural Interpretation Services del Centro para Adiciones y Salud Mental. “Y explotará”.

El censo del 2006 encontró que el 44% de las personas del área metropolitana de Toronto tenía como primera lengua una diferente del inglés. Mientras grande hospitales que enseñan, como el St. Michael's y el Centro para Adiciones y Salud Mental utilizan intérpretes, los hospitales más pequeños y los centros comunitarios de salud tienden a arreglárselas con personal bilingüe.

“Los doctores gastan ciento de miles de dólares en su educación y luego le piden a un niño que den un diagnóstico", dice Axelle Janczur, director ejecutivo de los servicios Access Alliance Multicultural Health and Community, que provee intérpretes a los servicios médicos. “Pensamos que es correcto que el conserje o el personal de la cocina haga la traducción”.

El Dr. José Silveira es director de la sección portuguesa de los Servicios para Adiciones y Salud Mental de la Red Universitaria de Salud, parte de un programa único que usa equipos bilingües en cinco lenguas para tratar a personas, que de otra manera, según las palabras de Janczur, “tendrían que aguantarse”.

“Es más fácil para mí ordenar un escáner CT de 1.400 dólares que un traductor… incluso si esa información es más importante que el escáner CT", dice Silveira. "Depende de mí, decidir sobre pruebas médicas enormemente caras. Depende de la administración del hospital, decidir sobre los intérpretes”. El daño causado por la barrera del idioma es enorme, dice él.

“Nuestros pacientes son algunos de los que están más enfermos en psiquiatría. Muchos no tienen doctores de cabecera. Para el momento en que los vemos, están mucho más avanzados y su tratamiento es prolongado”.

La profesora Kathi Wilson de la Universidad de Toronto también encontró que el miedo y la confusión aleja a los inmigrantes de los doctores. Los resultados de sus grupos de enfoque con 53 inmigrantes del -Bloor Neighbourhood Centre de Mississauga, publicado el marzo pasado, mostraron que el idioma era una razón principal por la cual ellos evitaban buscar asistencia médica.

"Es una preocupación que tienen diariamente en sus mentes – pedir instrucciones, describir que estuvo mal, si los doctores serán capaces de entenderlos o que ellos no puedan ser capaces de entender lo que el doctor les diga, “ dice ella.

A pesar de los estudios de Wilson y Pottie, Canadá todavía no tiene el tipo de investigación ya hecha en Australia y Nueva Zelandia que apoya la teoría que los intérpretes significan una mejor y más rápida asistencia y menos errores peligrosos o mortales.

“Hay mucha literatura (la muestra) de que el costo es infinitesimal comparado con el tiempo de los doctores y de las enfermeras. Globalmente, los costos disminuyen cuando se usan servicios profesionales de interpretación”, dice Elizabeth Abraham, presidenta del consejo de la Red de Interpretación en Salud de la Red Universitaria de Salud.

Argumenta que la falta de traductores viola el derecho fundamental al acceso universal a la asistencia médica.

Ha habido progreso. La Red de Interpretación en Salud reunió por primera vez los servicios comunitarios de salud y un grupo de intérpretes para cumplir con el Standard Guide for Community Interpreting Services, que especifica los requisitos para los intérpretes, clientes e instituciones.

El próximo año, todos los hospitales de la ciudad tendrán que decirle a la red de información sobre salud Toronto Central local cómo planean asegurarse que los pacientes reciban “interpretaciones de alta calidad y culturalmente competentes”

Este impulso lo inform en julio el Dr. Bob Gardner, director de políticas del Instituto Wellesley, que señaló que el idioma es uno de los tres grandes bloques que impiden un servicio médico igualitario.

Toronto Star

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