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Sexo: ¿practicas el bondage? Eres más feliz



Traducción de Nelson Méndez

Sidney 25 de agosto: Un estudio australiano sobre sexo ha concluido que experimentar placer con las prácticas de bondage y de dominación no es perjudicial ni peligroso. Sino que al contrario, las personas que lo practican pueden ser más felices que quienes tienen sexo normal.

El estudio, de investigadores en salud pública de la Universidad de Nuevo Gales del Sur, conducido con la participación de 20 mil personas y publicado por el Journal of Sexual Medicine indica que el 2% de los australianos adultos toman parte en roles sexuales sadomasoquistas, dominación o sometimiento. Y contrariamente a los estereotipos comunes, no lo hacen como reacción a abusos sexuales o porque estén de alguna manera careciendo de sexo.

“Los resultados confirman que el bondage, la dominación y el sadomasoquismo (Bdsm) son simplemente un interés sexual o una subcultura que atrae una minoría”, escribe la profesora Richters, quien ha dirigido el estudio. Según la encuesta, la práctica Bdsm es más común entre los gays, las lesbianas y los bisexuales, y los participantes tienen más posibilidades de aventurarse también en otras maneras de sexo.

“Sin embargo, no tienen mayores posibilidades de estar forzados a la actividad sexual y no tienen una mayor tendencia a ser infelices o ansiosos”, explica Richters. En efecto, los hombres que participaron, mostraron ser más felices, puesto que registran puntos significativamente más bajos en la escala del malestar psicológico, con respecto a otros hombres.

Los investigadores no han estudiado las razones, pero la hipótesis es que están más en armonía con ellos mismos porque son parte de algo inusual y se encuentran a sus anchas. La estudiosa subraya que los resultados contradicen las opiniones profesionales dominantes respecto a las prácticas Bdsm. “Las personas con estos intereses sexuales eran vistas hace tiempo, por la medicina y por las leyes, como personas dañinas y que deberían ir a terapia, so pena de ser consideradas peligrosas y restringidas por la ley”, escribe, y añade que confía que el estudio sirva para cambiar estos estereotipos.

Versión original en
http://www.lastampa.it/redazione/cmsSezioni/societa/200808articoli/35936girata.asp

Automóvil rojo

Colaboración de Yonathan Meza


Automóvil Rojo

Simplemente quería darles una sorpresa, por fin había comprado ese automóvil rojo con el que tanto había soñado en su juventud, en aquellos convulsos 60 famosos por vibrar al ritmo de los Beatles.

El vehículo no era el mismo de sus recuerdos, pero el modelo nuevo superaba con creces los vestigios de su imaginación, descapotable como el que ahora manejaba, todo una belleza para sentirse dueño del mundo en la sensación de pequeño vértigo que ofrece la velocidad, sintiendo el libre viento en el rostro y unos lentes oscuros para resguardarse del rutilante sol; aprovechando además la gasolina más barata del mundo para quemarla sin remordimientos, aunque a su pesar, este sueño de a mil por hora, se veía frustrado por las grandes colas a que la urbe se había acostumbrado.

Trabajar para el gobierno tenía sus ventajas, no se creía un oligarca, se decía para sí: «solamente vivo cómodamente gracias al esfuerzo de mi propio trabajo y unos cuantos contactos para poder estirar el dinerito». Ahora había logrado, por medio de esas conexiones, la importación directa de ese carro rojo, lo quería rojo para ser fiel a la ideología, al partido y al líder. Su única hija estaba casada con ese individuo que había rechazado sus contactos, no tenían vehículo y vivían con menos comodidades, ni siquiera casa propia tenían, ambos eran orgullosos y recién graduados a punto de emigrar. Los sueños se hacen realidad. Hoy los pasearía a ambos, hija, mal yerno y a la pequeña nieta. Les encontró en la dirección pautada y a la hora convenida. Todo iba bien, todo entraba a formar parte de la estrategia de convencimiento. «Uno más para la revolución, uno más para la batalla», parecía creer con fervor en esas ideas y como muchos señores llamados camaradas, veía un progresivo avance en la realización de varias revoluciones, una feminista de mujer, una social del pueblo, una ecológica de la naturaleza, y la más importante, una política que coordinaba cada una de esas revoluciones. «Las noticias negativas eran un invento de los enemigos del pueblo, detractores sin oficio. Ahora hay más paz, algunos errores, pudiera decirse técnicos, pero la esencia de este profundo cambio es inalterable». Recogida su familia con el intruso, pues no disimulaba su aversión hacia el escuálido yerno tuvo la brillante idea de dar una clase magistral sobre la sociedad, propiamente hablando, una lección sobre el problema social, mientras conducía. «Agarra bien a la niña», le decía a la hija al tiempo que miraba a la nieta, y los ojos brillantes de la pequeña por un momento le hicieron dudar de todas sus aferradas verdades, pero ya estaba dispuesto; se metió por una calle estrecha con rumbo a callejuelas que tienen fama de ser nido de lo ilícito. «Papi ¿qué vas hacer?» increpó la asustada muchacha, «nada; ya verás, esta es gente como nosotros, es el pueblo, es la gente por la que luchamos, y pasamos noches en vela para darles una vida cada día más digna». Acto seguido, el auto nuevo relampagueaba por sucias calles, de postes de luz cayéndose y alcantarillados rotos y un olor a humo, cloacas maceradas y a lo lejos un vaho de cocción de alimentos; unos niños casi llegan a rozar la ventanilla del bólido tras la ilusión de una pelota que se les escapaba de las manos; por un vericueto, al pie de lo que antes fue una montaña, se vislumbraba una mole de casitas de bloque que parecían estar cada una encima y enrevesada con las otras, todas apretujadas, formando una escalera multiforme, zigzagueante, extraña y ya aceptada como paisaje natural. «Los estúpidos hablan de delincuencia, de violencia, de todos los males del mundo y no logran ver más allá de sus narices, no atinan a ver lo bueno, los grandes logros». Empezaba a vociferar el chofer, que se complacía en monopolizar para sí el turno de habla, lo que reducía todo diálogo posible. Entre tanto, el marido de la hija, pensó «esta es una realidad feliz para los ciegos», tenía una visión particular sobre la ceguera; pensaba, justamente, en aquella alucinación que había creído advertir en el anfitrión del paseo, estuvo a punto de decir, que fue un error fatal haber aceptado la invitación, cuando dos individuos que jugaban básquet en un improvisado aro, llamaron la atención del conductor, casi no hubo palabras, uno de ellos se desprendió del balón y sacó el arma de fuego. Finalmente, nadie supo lo que quería; tras los disparos, ninguno tuvo certezas de la vida, en aquel instante, todos pensaron – con el fulgor de un relámpago – en la niña, en la inocencia infantil que habita el mundo. Y en ese mundo, cada vez más peligroso.

No hubo mayores inconvenientes, pero ante el hecho, el funcionario tomó una decisión determinante: «Tal vez, lo mejor que puedo hacer es dedicarme a la reflexión teórica, que buena falta hace».         

La carretera: cabriola metafórica de una encrucijada





Yonathan Michel Meza

The Road (2009). El último camino dirigida por Jhon Hillcoat.

En estos tiempos tan convulsos, llenos de ininterrumpidos sucesos, en los que unos tras otros, parecen venidos de una cadena de imprevistos, tanto las convulsiones sociales en el caso del Medio Oriente así como las reacciones naturales: el terremoto y tsunami de Japón y su consecuente crisis nuclear, avivan los miedos y temores de la población mundial, en unas culturas más que otras, pues, estos sucesos nos han mostrado la fortaleza de culturas como la japonesa para afrontar estas vicisitudes, un ejemplo de decisión y reafirmación ante la vida sin caer en el morbo ni explotando una condición de víctima.

En este contexto, el cine apocalíptico que explota mucho de la morbosidad ante la desgracia humana, se vende, y se vende muy bien, lo que indica que en la sociedad mundial se auto-cultiva en muchas de sus individualidades, en muchas de las conciencias, la visión apocalíptica, y peor todavía, el mercado negro del morbo, una especie de sadismo, de culto a lo pornográfico y a la aberración humana, que se hace patente en situaciones de abuso de poder. Una relación enfermiza en la que a través de una superioridad de fuerza física, muchos se valen de la coacción para que el más débil, ceda ante los criterios de verdad de los más poderosos o más grave aún, ante caprichos con el puro afán de vanidad, de ego henchido. Esa relación sólo es una búsqueda de placer, en la que el amor está ausente.

El amor, tiene un toque de ternura como sólo los progenitores comprometidos con sus vástagos pueden sentir, es la apreciación de la sutileza humana en su percepción pura, la mirada inocente y desprejuiciada de un niño. El adulto ante la responsabilidad de cuidar a sus hijos por distintas realidades de inseguridad tiene que desconfiar de otros humanos, pues no sabe quién se sienta a su lado.

El cine ha explotado la visión apocalíptica, distintas formas de abordar un posible fin de mundo, en el que priva lo espectacular y los grandes escenarios de destrucción arquitectónica.

La Carretera basada en el libro de Cormack Mc Carthy es una película distinta, pero no por ello deja de ser dura y reflexiva, se podría decir, que es una película post-apocalíptica. Se sitúa en un imaginario que plantea la realidad posterior a un posible fin de mundo.

La escena primera enfoca el verdor de la naturaleza, una luz tenue entre el ramaje y los vivos colores de las flores. Al instante, todo queda reducido a un recuerdo, a un sueño, y los sobrevivientes despiertan en una pesadilla. Un Hombre y un niño se encuentran en un ambiente hostil, no hay vida, los árboles están muriendo, no hay ni cuervos (zamuros). Los tendidos eléctricos, las calles y las casas, muestran la apariencia de haber pasado por un fenómeno devastador, algo aniquiló la vida, sólo quedan unos cuantos sobrevivientes, refugiados temerosos, arrastrando carritos de auto mercado con sus pocas pertenencias. El narrador, que es el padre del chico, protege a su hijo de la maldad que impera, el canibalismo es su peor temor, algunos se han unido a bandas que practican el canibalismo.

La película explora el dilema humano ante circunstancias sumamente difíciles. Hay un contraste marcado en el diálogo entre adulto y niño, entre una visión desconfiada y temerosa que busca proteger al niño y una visión inocente y noble, que trata de ver la bondad humana y por lo mismo no advierte el peligro, se trata de la indagación a extremo del dilema de padres e hijos ante la realidad. El tono se hace más crudo, cuando se observa, que hay una relación de incomprensión entre los recuerdos del padre con la madre del chico, que dice: “no quiero sólo sobrevivir” y se presume muere en medio de una noche llena de gritos.

Padre y niño van por la carretera, durmiendo en carros abandonados, en refugios improvisados y ante ese panorama desolador, todo parece un experimento antropológico. La película se plantea la hipótesis de un posible escenario post-apocalíptico, ahonda en los posibles comportamientos y explora los sentimientos. Es en gran medida, una mirada que se basa en las relaciones conflictivas, devenidas de la carencia material, lo que origina un escenario de incomprensión total. Una lucha de todos contra todos.

La carretera se convierte en una pirueta metafórica del camino. El enfoque cinematográfico sin dejar de recordar que es ficción pero al mismo tiempo resonando que ya en alguna medida, imperan realidades similares en el mundo, grupos con armas defendiendo e imponiendo una ideología (ceguera del pensamiento), redes de tráfico humano, esclavitud sexual, imposición de fuerza bruta para practicar hoy una especie de canibalismo, signada de forma evidente por una lucha por el control del poder, liberado de su necesario arbitrio ético.

El camino, el transporte, las decisiones, resistir, morir; todas ellas imágenes recurrentes, de un llamado de atención a la realidad en todos sus órdenes, desde la conciencia hasta el entorno, nuestra relación humana y nuestra relación con la naturaleza. Lo que nos da indicios para decir, que la película está hecha, a pesar de su manotazo duro en el rostro, desde una profunda sensibilidad, no busca conmover en un sentido lacrimógeno, invita a ver la violencia a la que están llegando las más diversas sociedades del orbe. Y ver, es la condición primera para salir de la negación de ver. Una negación que impide ser humano, como nos refleja las palabras del niño: “si me preocupo” y ante la pregunta del padre ¿Qué quieres que haga? “Ayudarle papá, sólo ayudarle”, a un hombre al que el padre por esa mezcla de deseo de seguridad y temor ha dejado desnudo, escena e imagen que muestra lo frágiles que somos como humanos y que sólo creemos subsanar dicha fragilidad en la búsqueda de placer sin conciencia y en privilegios extraídos de las más aviesas circunstancias de poder, olvidándonos de todo lo demás, aunque afuera, el mundo se esté cayendo a pedazos.

El diálogo, la dialéctica comunista y Bajtín


Colaboración de Yonathan Michel Meza

Mijail Bajtín como muchos saben era un teórico de la literatura. Nacido en la Rusia comunista, cayó en desgracia durante el periodo de Stalin como refieren sus biógrafos (Todorov). A pesar de todo, parece haber trascendido hasta el punto de ser una obligatoria lectura para los estudiantes de letras. He leído parte de su obra, pero recién ahora, asediando su texto cumbre Problemas de la Poética de Dostoievski creo percibir su mayor legado político: cuestionar la visión dialéctica imperante en el comunismo real y proponer, añorar y hasta soñar con un mundo que privilegie el diálogo sobre las imposiciones. Estas susodichas palabras, dialéctica y diálogo, aunque tienen casi el mismo sentido por su etimología griega, (diálogo = a través de la palabra), (dialéctica = a través del raciocinio) se relacionan entre sí, aludiendo a la capacidad humana de cruzar palabras, razones e ideas. Conjugándose palabra e idea como unidades cuasi indisolubles en el desenvolvimiento de la vida humana, cosa advertida y remarcada por el teórico ruso, que a lo largo de su libro sobre Dostoievski, me parece a mí como su lector, se refugia de tal modo en la lectura del novelista del Jugador y de Crimen y Castigo que intenta evadirse de esa realidad en la que el materialismo histórico y la dialéctica no es más que un pre-texto para imponer un monólogo, el de el autócrata, que termina creyéndose el único dueño de la verdad y único exégeta autorizado de la Biblia Marx.

Es por ello que Bajtín insiste en que el universo ficcional de Dostoievski no debe ser abordado desde la dialéctica marxista, que propone resolver un conflicto por medio de una síntesis, pues mutilaría su riqueza verbal, y afirma que el autor novelístico se apropia de la palabra ajena para adaptarla a su intención de arte; con todo, en el mundo de la novela se privilegia el diálogo, un dialogismo, en el que se finge un diálogo entre personajes novelescos, pero que sin embargo, es más cercano a lo humano que las visiones dialécticas del Marx discípulo de Hegel. Es así, que opera, según Bajtín, en las ficciones de su célebre compatriota, una Polifonía en el cada quién expone sus puntos de vista sin renunciar a su identidad, es decir, sin abandonar sus cosmovisiones, sin convertirse, siendo como se es y nada más. Es el mundo humano con sus malentendidos, con la terquedad de una conversación en la que hay puntos irrenunciables y en la que no por ello hay que ser eliminado. Es sobre todo, un reclamo de respeto hacia la dignidad personal, una lectura que puede ser apreciada como una aceptación de las diferencias (que siempre las habrá) y también, un llamado al entendimiento humano, algo que parece tan difícil en medio de una atmósfera tan ideologizada como la comunista, tanto que el teórico en desgracia opta por la soledad de la lectura para apreciar la sensibilidad de un novelista que es capaz de escribir magnas novelas, porque logra situarse en el lugar del otro y así experimentar en la escritura los más variados dilemas vivenciales.

Es por esta razón, bien argumentada por demás, aunque de manera implícita, que Bajtín se ríe de aquellos que quieren resolver lo que llaman problemas sociales, apelando a una fórmula dialéctica muy similar al 4 : 2 = 2, matemática simple que no da lugar a equívocos, pero que en la dialéctica comunista aplicada a la realidad humana da lugar a imprecisiones, paradojas e incertidumbres.

De este modo, la dialéctica de los exégetas de Marx se reduce a una de las más simples fórmulas de matemática en la que la vanguardia de las vanguardias: el proletariado (o su re-presentación) debe eliminar la burguesía o convertirla a proletaria, en el mejor de los casos, y producir una síntesis, una resolución del conflicto a través de la imposición de la sociedad sin clases o el comunismo, quedando de la siguiente manera: tesis : antítesis = síntesis, que sustituyendo los términos sería: proletariado : burguesía = comunismo o sociedad sin clases. Cosa que suena muy bonita, o como dirían hoy, cosas de la revolución bonita; pero, el pequeño detalle, para que la fórmula funcione tiene que operar una visión implícita del comportamiento humano, en la cual los dirigentes van a seguir a pie juntillas la renuncia a las posesiones personales, y en la que todos los individuos van a estar felices, muy de contentos con la instauración de un socialismo que les priva cosas materiales so pretexto de necesidades ficticias. Pero la triste verdad es que, paradoja de paradojas, en la síntesis no se produce realmente ninguna sociedad sin clases sino una minoritaria nueva burguesía, que gusta de la acumulación de poder para beneficio propio, de dinero, de posesiones de todo tipo pero que además no le gusta trabajar o gerenciar para hacer las inversiones necesarias para por lo menos mantener la operatividad de las fuentes de recursos (empresas expropiadas), sino pregúntenles a los cubanos que exportaban azúcar hace unas cuantas décadas y ahora los ingenios azucareros deben ser unos cementerios de tornillos, cuando más.

En Venezuela, el ingenio popular, que tiene perspicacia para asediar las realidades más intrincadas más allá de filosofemas ideológicos ha llamado a esta síntesis matemática de nueva burguesía, la Boliburguesía, que seguramente, como en las ruinas de Cuba, debe beber Whisky del bueno, comer caviar, darse toda clase de lujos, y lo más lamentable, debe estar destruyendo nuestra Industria Petrolera dejándola inoperativa como consecuencia de no hacer las inversiones correspondientes y gastándose los reales en puro lujo para los boliburgueses y en purita propaganda para los gobernados.

Es una realidad, que Bajtín nos la hace ver en su Rusia natal, una élite que impone un monólogo bajo el ropaje de una dialéctica que anula el diálogo, una de las cosas más imprescindibles para la vida en comunidad. En consecuencia, unos gobernantes, que anulan la capacidad humana de expresarse con libertad, no hacen más que instaurar un monólogo, que los súbditos deben repetir como posesos incubados de propaganda, los otros, los que dudan, los que cuestionan, los que piensan, son tildados de tarifados, de apátridas, de cualquier cosa. Con todo, Bajtín nos enseña que el universo ficcional siempre será un evasivo que al mismo tiempo nos confrontará con las más terribles realidades, incluso la de totalitarismos neofacistas a la cubana, que intentan acallar a palos a todo aquel que pida diálogo. En definitiva, el diálogo sobre la dialéctica.

De quejas de y sobre los poetas

Witold Gombrowicz-Nelsonmndez.com

Introducción

Por su carácter especial en el uso del lenguaje, por los temas tratados, por creerse seres especiales y en fin por su naturaleza hermética, la poesía y los poetas en específico no dejan nunca de ser blanco de ataques tanto por los iniciados como por los no iniciados. Pareciera que hay una incomprensión al sublime trabajo poético, y esta incomprensión también se manifiesta en los poetas y en su poesía cuando asistimos a una especie de canto plañidero y quejumbroso por una presunta negligencia u omisión de la sociedad para con sus trabajos.
Tenemos entonces dos visiones en confrontación. Una que viene propiamente del poeta, una visión digamos que viene como la de alguien que está en una casa y a través de la ventana ve hacia la calle. Y otra de los paseantes que ven hacia la casa y observan allí a un ser “extraño” encerrado y de difícil acceso. En este sentido, es de nuestro interés en este trabajo, revisar estas dos visiones en los textos discutidos en clase.

Desarrollo


Atacando poetas

Para crear la confrontación en este texto es obligatorio comenzar por quien ha levantado la polvareda. Sin duda, el texto de Witold Gombrowicz[1] es cizañero y alimento para quienes necesitan herramientas para atacar el trabajo poético. Lo más resaltante, como lo menciona el autor, es que no viene de alguien lego en el asunto, sino que se dice tener sensibilidad poética y ser un conocedor de las artes.
Pero veamos cuales son esos aspectos a los cuales el escritor polaco lanza dardos. En principio ataca la “poesía pura” por su canto monótono, elevado ritmo, uso exagerado de metáforas y el vocabulario poético. Dice Gombrowicz[2] que estos elementos en la poesía modernista, como un plato de azúcar, son imposibles de ser digeridos porque de algún modo saturan o hartan a quienes los prueban.
Por otro lado, los poetas supuestamente no usan o se dirigen hacia la sensibilidad del hombre común, sino escriben en el alto nivel de los poetas, lo que genera la producción de un lenguaje especializado que sólo los profesionales de la poesía pueden asir. La poesía se convierte, así, en otro dialecto técnico.
Gombrowicz critica que los poetas se preocupen más por sus versos que por la expresión. La pulitura de los mismos a veces hace que la poesía como medio de expresión pierda ese fin y se convierta en un arte muy cerrado.
El poeta debe, entonces, si es muy refinado pensar en los que no lo son, para que esos tengan acceso a su obra y si es idealista, debe rebajar ese idealismo en función de las personas comunes, para que ellas tengan una posibilidad de acceso a sus versos.
Lo anterior nos lleva al estilo de los poetas, en este caso de los modernistas. Gombrowicz considera que su estilo es hermético y unilateral, pero ni siquiera es el mero estilo, sino todo el mundo de los poetas. Los poetas escriben para los poetas. Se elogian o se rinden honores entre ellos y de esta manera parecieran estar dejando por fuera a los no iniciados. Es un estilo de ellos para ellos.
Al ver uno de los poemas de Gerardo Deniz en Picos Pardos[3] pareciéramos encontrar algo de esto, del hecho que los poetas escriben para poetas, se lisonjean entre ellos y tienen la libertad para hacer a su gusto.
Hermanos de pergamino: todo nos es válido.
Son lujos de esta perfección que disfrutamos del nido. (23)



Entendemos que la frase está descontextualizada, pero en el discurso fácilmente podemos intuir que hay un mensaje que busca resaltar el trabajo del poeta, sobre todo con esta frase de hermanos de pergamino muchos poetas podrán ver reflejado su ser, su trabajo y la conciencia de que pertenecen a un determinado grupo de seres que hacen algo especial llamado poesía.
Gombrowicz[4] se queja del verso y la falta de elementos más prosaicos y dice que si la poesía fuera, quizás, más prosaica él temblaría como le sucede con Dostoievski o Shakespeare. Esta es una opinión a la que nos adherimos. Y que lo vivimos con la lectura de Maquieira[5] y Deniz[6]. En los dos libros de poemas de Maiquieira notamos más facilidad para acceder o para tener una comprensión de los poemas. Encontramos los versos del chileno más directos y claros en cuanto a lo que buscan comunicar. Aspecto importante si tomamos en cuenta que un punto primordial de la poesía es que sirva como medio de expresión, pero que sea accesible para que esto se produzca, si no queda en el vacío o limitada a un grupo elite.
Si nos enfilamos hacia el primer poema de la Tirana, y atisbamos en él, vemos que este poema es bastante prosaico en su escritura, incluso si esta en verso. Esto lo vemos también con los temas, que no son necesariamente sublimes y por la ausencia de metáforas inasibles u opacas. Todos estos elementos juntos, muestran un poema más abierto incluso a los no iniciados.
Si revisamos algunos versos del poema La Tirana I notaremos que no hay gran dificultad en obtener una comprensión aceptable de lo que el poema quiere transmitir. Veamos:
Ahora suelo a veces entrar a una iglesia
Cuando no hay nadie
Porque me gusta la luz que dan ciertas velas
La luz que le dan a mis pechugas
Cuando estoy rezando (25)



Los versos están claros; una mujer que va a la iglesia porque le gusta como con la luz de las velas se ven sus pechugas. Encontramos en los versos una mezcla de temas que se podrían considerar no tan sublimes. Y de hecho vulgares para algunos. Hacer referencia a las tetas e incluso peor, en el contexto de la iglesia, genera más repugnancia. Sin embargo, probablemente, son estas temáticas las más accesibles al común de la gente. Que le pueden interesar a los no iniciados en cuestiones relativas al parnaso, las musas, entre otros.
Con lo anterior no estamos sugiriendo que Maquieira sea un poeta de lo vulgar, sino que logra congeniar en su poesía elementos o temas más prosaicos con otros no tanto.
En otro nivel tenemos a Deniz, encontramos sus poemas más elaborados y más herméticos. En nuestro caso en particular tuvimos mucha dificultad para entenderle en la primera vuelta.
Sin embargo, no todo en Deniz es incompresible. Cuando baja el lenguaje y sus poemas se convierten en una narración más en prosa y con menos ambigüedad, sus poemas se hacen más abordables. Consideremos el número 23 en Picos Pardos[7]. Donde hay una reflexión y cuestionamiento del trabajo que hacen los vigilantes. Se crea un poema de un evento o una situación inesperada. ¿Se le habrá ocurrido a otro poeta pensar en los vigilantes de los almacenes en la noche para hacer poemas? Vemos como algo banal se hace poema y nos crea hasta un halo de compasión por esos pobres vigilantes nocturnos.
Esto ya lo refiere José Javier Villarreal[8], cuando dice que la lírica de Gerardo Deniz echa mano de lo cotidiano y de los espacios cerrados como un cuarto, una cocina, o en el caso presentado, en un almacén en la noche. Para cerrar este apartado veamos como lo expresa este autor:
En este sentido, por paradójico que parezca, la lírica de Gerardo Deniz apela a la cotidianidad, a la vida en minúsculas, a la sobremesa, al fin de semana. Encontramos al poeta, casi siempre, en un cuarto, en una alcoba o en la cocina. Los espacios cerrados son otra característica más en la poesía del autor. (161).

En defensa de los poetas

En el Rey Burgués de Rubén Darío[9] encontramos la otra cara de la moneda. Ya no es la crítica de la sociedad hacia los poetas por la incomprensión que tienen ellos de la gente común, de la gente que no comparte su refinamiento, sus ideales y que por tanto encuentran dificultad para acceder a sus creaciones. Ya no es el ataque a su leguaje encriptado ni a las metáforas escurridizas.
Sino el ataque de un poeta al desinterés, desconocimiento, negligencia y el fin utilitario que a veces se hace de la producción literaria, la poesía y los poetas. En el Rey Burgués[10], el presunto rey conocedor de las artes y rodeado de los lujos más exóticos es un completo ignorante de lo que es un poeta. Aunque se vanagloria con la lectura de novelas y el correcto uso de las letras, el poeta que llega a su corte devela en verdad que el rey no tiene idea de lo que presume. Sus riquezas, sus objetos de artes y sus lecturas son pura presunción.
Esto que aborda Ruben Darío en este breve cuento no ha desaparecido de nuestra sociedad actual. La literatura y en específico la poesía siguen perteneciendo a unas reducidas élites y enclaustradas en lugares especiales como la universidad. Muchos todavía seguimos sin comprender el idealismo de los poetas y menos hacemos el ejercicio de leerlos para tratar de comprenderlos. La crítica es apriorística y nubla el pensamiento y el raciocinio. Y al tener esto de antemano llevamos la idea de no poder entenderlos y la comprensión se hace difícil.
Y no necesitamos un rey como ejemplo para también notar que hay gente que se rodea de artículos o cualquier objeto artístico para presumir de cosmopolita e intelectual. No es raro visitar una casa, el despacho de un político de turno y encontrar una amplia biblioteca que funge como adorno. Como de adorno coloca el rey al poeta en su corte.
La denuncia que encontramos en el Rey Burgués, es una denuncia también muy actual. Hay una cierta opinión que ser poeta es perder el tiempo, estudiar letras es condenarse a vivir casi en la miseria. Algo análogo le sucede al poeta del cuento, debe dejar sus ideales –a pedido del rey- y ponerse a dar vueltas a un manubrio para obtener el pan a comer.
Y quienes leen poesía son unos muy pocos. Y como dice Gombrowicz[11], muchos dicen leer, saber sobre poesía, pero cuando se les pone en aprietos revelan una completa incompetencia. Y es que la sociedad burguesa que criticaba Rubén Darío y la actual estás divorciadas del idealismo poético, lo que no produce dividendos, simplemente se pone de lado.
Ya lo dice Rafael Gutiérrez Girardot[12], que en tiempos de la revolución modernista, las personas dedicadas a las letras tenían un trabajo auxiliar. “Y como la literatura no era en realidad una profesión, sino una vocación, los hombres de letras se convirtieron en periodistas o maestros, cuando no en ambas cosas”.
Empero, la realidad no es más diferente en la actualidad. Un poeta no vive necesariamente de sus poemas. Hay que tener una profesión extra para obtener los ingresos. Entonces, a la par de no recibir necesariamente una acogida a su obra, una existente infravaloración en algunos casos, el poeta debe lidiar con el no reconocimiento de su labor como profesional en ese campo de las letras. Esto no es así quizás en todos los medios, pero si en la inmensa mayoría. Para el común de la gente, simplemente no existe en su conocimiento del mundo lo que es un poeta.
Como menciona igualmente Rafael Gutiérrez Girardot[13] refiriéndose a la sociedad de un tiempo atrás: “a esta sociedad le interesaban los llamados valores materiales, el dinero, la industria, el comercio, el ascenso social”. No obstante, no mucho ha cambiado. La crisis económica es titular obligado en cada periódico, en cada noticiero. ¿Pasaría lo mismo con una crisis en las letras?

Conclusión

A través del texto hemos “escuchado” a una y otra parte en disputa. Podemos decir que cada una tiene algo de razón en lo que expone. Necesitamos, por un lado, que los poetas bajen de sus cumbres y escriban más para el común de la gente. Lo anterior con el peligro de banalizar la poesía. Aunque la crítica de Witold Gombrowicz es acertada, no deja de ser cierto tampoco que lo que hace especial a la poesía es ese carácter alto, de lenguaje inaccesible a veces y que los poetas encierren en sus creaciones algo de misterio.
Por otro lado, no deja de ser menos cierto que hay una cierta negligencia de quienes se quejan del carácter hermético de la poesía. Quizás el acercamiento a ella, implique más estudio y trabajo, y muy probablemente, pocos querrán someterse a un ejercicio intenso como este. De lo trabajoso del asunto puede que derive el uso que a veces se hace de los poetas, de los poemarios. Conocer un poeta es un gran honor, tener sus libros en la biblioteca también, sin embargo, sirven más como presunción o para mostrar una falsa erudición.

[1] Gombrowicz, Witold. Contra los poetas. 1951.
[2] Ibid.
[3] Deniz, Gerardo. Picos Pardos. México DF: Vuelta, 1987.
[4] Op. cit.
[5] Maquieira, Diego. La tirana y los Sea Harrier. Chile: Tajamar Editores, 2003.
[6] Op.cit.
[7] Deniz, Gerardo. Op. cit. Pág. 58.
[8] Villarreal, José Javier. Los fantasmas de la pasión. México: Aldus, 1997.
[9] Darío, Ruben. Azul. Cuarta edición. México,DF: Editores Mexicanos Unidos, 1981.
[10] Ibid, 37.
[11] Op. cit
[12] Girardot Gutiérrez, Rafael. Modernismo: supuestos históricos y culturales. Tercera edición. Bogotá, Colombia: Fondo de Cultura Económica, 2004.
[13] Ibid.

Análisis: Artemio Cruz y el poder (Carlos Fuentes)

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Introducción:
En la muerte de Artemio Cruz asistimos al ocaso de un personaje que estuvo gran parte de su vida en la situación de poder y llevando a cabo todo tipo de corrupción que el poder permite. Sin embargo, ayudándonos de la obra de Antonio de Zamora, podemos decir que “No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”. Es decir, don Artemio Cruz disfrutó de su vida privilegiada de político corrupto, pero al igual que a todos, la muerte lo visita. Es en el lapso de tiempo en que es transportado en la ambulancia y muere cuando conocemos importantes sucesos de su vida.
Acontecimientos que nos son contados fragmentariamente y a la velocidad que el pensamiento pueda tener. Estos acontecimientos son importantes para nosotros en el sentido que son esclarecedores y nos revelan la calidad del moribundo personaje. En este sentido, quisiéramos echar mano de ellos para ver cómo Artemio Cruz ha llegado a la situación de poder y cómo se comporta desde ella.
Desarrollo
Hacia el poder
Antes de ver cómo Artemio Cruz se enfila hacia la conquista del poder, es necesario considerar una definición del mismo. Nos apoyamos entonces en Luis Dapelo quien ve al Poder como “la capacidad de parte de un sujeto individual o colectivo de alcanzar sus propios objetivos en un ámbito específico de la vida social, a pesar de la oposición de otros”, (9).
En nuestro caso este sujeto es Artemio Cruz, quien a través de tretas llega a alcanzar una posición de poder que le reporta grandes beneficios.
Nosotros identificamos como hechos notables en la configuración de Artemio como sujeto de poder los siguientes eventos: 1). La traición que hace a Bernal y al indio yaqui y 2). El apropiarse de las tierras y pertenencia de don Gamaliel.
En el primer caso, vemos en esta parte de los recuerdos de Artemio, que él traiciona sus ideales y teje una perorata para justificar su cambio de dirección y para salvar su pellejo a expensa de sus compañeros.
Pero esta traición es lógica y comprensible cuando posteriormente Artemio nos revela sus verdaderas intenciones con don Gamaliel. Al no estar ya su hijo, es como si un obstáculo hubiese desaparecido. La vía está despejada y al solo existir el viejo y Catalina, será más fácil para él lograr su cometido. El viejo Gamaliel al ver en Artemio sangre joven y con ideas frescas accede a sus peticiones. Tanto es así que hasta con la hija se queda. En fin, Artemio hereda el cacicazgo del viejo Gamaliel.
Ahora bien, dice la definición del Poder de Dapelo, que en la consecución del poder hay una oposición de otros. En este caso, la oposición vendría de la existencia de ciertas personas de Bernal y del viejo Gamaliel.
Claro que la vida Artemio de sujeto poderoso la veremos con esplendor en otro tipos de eventos que trabajaremos a continuación.
Desde el poder
Una vez en el poder Artemio Cruz abusa se su privilegio para ganar influencias en ámbitos políticos, económicos y culturales. Tenemos entonces que Artemio mueve sus influencias para ganar licitaciones, manejar empresas a su antojo, atribuir negocios, sobornar y ganar inversiones gringas.
En el ámbito político quiere destruir a sus enemigos por medio de su aniquilamiento o supresión. Manda a cerrar periódicos o pide a los que escriben en su diario que levanten calumnias sobre otras personas para desbaratar sus vidas.
En el aspecto cultural, Artemio se nos quiere mostrar como un sujeto distante de la realidad a la que pertenece. Esto ocurre en sus constantes relaciones con los gringos y cuando deje entrever que lo estadounidense es mejor.
Debemos mencionar que muchas de las decisiones que toma Artemio Cruz están soportadas por la operatividad que el poder permite. Alguien que no esté en esta situación no la tendrá fácil para manipular a inversionistas o desprestigiar personas en su periódico personal.
Artemio es el epítome de un país. Nos muestra cómo se ha manejado el poder en el país y que no hay sociedades perfectas cuando un individuo puede acumular tan amplias cuotas de poder.
Según Dapelo, el poder en la muerte de Artemio cruz se manifiesta de seis formas distintas. Él dice que Artemio tiene el poder de disposición, al tener mucho capital y bienes, lo que le permite ostentar riqueza y tejer relaciones de interés económico.
Artemio tiene un poder coercitivo, que le permite el tener grandes capitales y manejar malévolas influencias. Por medio de este poder influye en las concesiones o compra terrenos para sacar provecho posteriormente.
Luego está la autoridad o el autoritarismo, reflejada cuando manda a cerrar la imprenta de los trabajadores para que no salgan a la luz pública hechos que pudiesen ser negativos para su imagen.
Dapelo menciona que un cuarto poder que ejerce Artemio Cruz es el llamado poder de dominio, materializado en la forma que quiere avasallar a sus oponentes o quiere ganar las inversiones gringas y decir que el puede conseguir para ellos, pues Cruz maneja con exclusividad ciertas influencias y los tentáculos de su poder pueden alcanzar muchas cosas.
El quinto poder es el llamado concepción distributiva del poder, al respecto Dapelo dice que “Artemio Cruz se presenta como un sujeto que sustrae el Poder de otros. Esto se lleva a cabo mediante especulación, estafa, traición, robo. El personaje es camaleónico y tiene una extraordinaria capacidad de adaptación a cualquier circunstancia”. (11).
Por último tenemos que hay un poder ideológico. La ideología de Artemio Cruz está basada en la chingada. Así tenemos que en una ocasión dice lo siguiente: “Eres quien eres porque supiste chingar; eres quien eres porque no supiste chingar y te dejaste chingar”. (Fuentes 157)[1]. Y más tarde en otra reflexión comenta esto
“¿a quién chingarás hoy, para existir?, ¿a quién mañana? ¿a quién chingarás: a quién usarás?: los hijos de la chingada son estos objetos, estos seres que tu convertirás en objeto de tu uso, de tu placer, tu dominación, tu desprecio, tu victoria, tu vida: el hijo de la chingada es una cosa que tu usas: peor es nada”. (159).
Hay una apología en los pensamientos de Artemio Cruz para devastar al otro si es necesario para conseguir el poder o para alcanzar los sueños que se persiguen. Estas palabras también nos revelan que Artemio es un personaje maquiavélico, a quien no le importa como alcanzar sus fines.
Por último, quisiéramos destacar como Artemio Cruz cosifica las personas. Como si de una tela vieja que ya no sirve, para Cruz, las personas son cosas que se usan en la consecución de una meta.
Conclusión
Artemio Cruz disfrutó de las mieles del poder, del dinero y de las influencias. No obstante, con su deceso está de alguna manera pagando sus fechorías. No tanto con la muerte en sí, sino con todo el proceso de reflexión en el que cae y en donde se da cuenta de la condición de humano que tiene, y que como tal, su ser, su cuerpo es como el de todos: donde está presente el dolor, el sufrimiento, el correr de la sangre y cosas repugnantes como la mierda y los residuos del cuerpo como el sudor y los orines.
Bibliografía
  • Fuentes, Carlos. La muerte de Artemio Cruz. México: Punto de Lectura, 2008.
  • Dapelo, Luís. "La fenomenología del poder en La muerte de Artemio Cruz", en Actas del Congreso Internacional Proyecto Transatlántico: Carlos Fuentes en los 40 años de la publicación de La muerte de Artemio Cruz y Aura, editor Julio Ortega, Fondo de Cultura Económica, México, 2003.

  • [1] Fuentes, Carlos. La muerte de Artemio Cruz. México: Punto de Lectura, 2008. Las páginas mencionadas en las citas hacen referencia a esta obra.

La oposición hombre-animal en Juan Darién de Horacio Quiroga


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Introducción
Beuchot (1997) dice que unos de los objetivos de la interpretación es la comprensión del texto abordado. No se interpreta en vano o como un mero ejercicio mental, sino que se busca dialogar con el texto para hacer flotar las intenciones que guarda herméticamente. En este sentido, trataremos de sacar a la luz nuestra comprensión e interpretación del cuento Juan Darién (1912) de Horacio Quiroga.
Cuando el intérprete está frente al texto la pregunta más común es cuestionarse qué significado trata de transmitir el enmarañamiento de signos que tiene enfrente. Y el intérprete puede avizorar hipótesis, sin embargo, como dice Ricoeur (1995) la interpretación que se dé, debe ser probable. Esto quiere decir, que aunque la interpretación esté impregnada de la subjetividad del intérprete, ésta tiene que tener algo de posible y objetivo.
Para que la interpretación no radique totalmente en lo subjetivo, se disponen de ciertos pasos para llevar a cabo el análisis. Llegamos aquí al círculo de la comprensión o hermenéutico. Gadamer dice que hay una regla hermenéutica, a saber, que “el todo debe entenderse desde lo individual, y lo individual desde el todo”. (Gadamer, 1994: 63). Rodríguez (2002), retomando a Gadamer y Habermas, describe las fases del método hermenéutico de la siguiente manera: menciona la comprensión, la interpretación y la aplicación; además, de los niveles de análisis: formal, semántico y socio-cultural.
Entendemos la comprensión como el significado primario o una etapa de “ingenua captación del sentido del texto en su totalidad” (Ricouer, 1995: 86), paso previo a la interpretación; en donde se genera una opinión sobre el objeto estudiado. Luego la aplicación, que es en palabras de Beuchot “traducir o trasladar a uno mismo lo que pudo ser la intención del autor, captar su intencionalidad a través de la de uno mismo” (Beuchot, 1997:14).
Con respecto a los niveles tenemos que el formal está dirigido a lo narrativo y la lógica de lo que se narra en el texto. El nivel semántico se centra en elementos textuales y hace una conexión entre la estructura superficial del texto y su estructura profunda. Por último, el análisis socio-cultural se extiende al contexto o las condiciones socioculturales en las cuales se produjo el texto o el relato expresado en el mismo.
Desarrollo
Juan Darién
Juan Darién es el relato de cómo un tigre llegó a vivir y morir entre los hombres. A causa de la viruela, enfermedad que azotó a un pueblo, muchas personas, perdieron a sus hijos y muchos hijos a sus padres. Destaca el cuento que una joven y viuda madre perdió a su hijo unigénito y esto le causó profundo dolor.
Aún bajo la manta del pesar, una noche un cachorro de tigre ingresó a su casa. Ella, como buena madre, lo abrazó en su seno y lo adoptó como si de otro hijo se tratara. Una noche ante el peligro de que descubrieran al animal –pues en su pueblo no querían a los animales salvajes-, las palabras prospectivas de una serpiente le dijeron que su tigrecito se convertiría en humano, pero que a los doce años, por palabras de otra mujer, perdería su condición de hombre y le llegaría su muerte.
Con el tiempo el niño-tigre fue llamado Juan Darién. Era un niño muy bueno y generoso y tenía un cariño especial por su madre y también empezó a ir a la escuela, pues lo que más quería era instruirse.
Una vez que se celebraba una fiesta del pueblo y los chicos de la escuela debían estar bien preparados vino un inspector a observar las clases. Este inspector comenzó a sospechar del niño Juan Darién porque éste al tartamudear y emitir un ruido extraño causó intriga en el inspector. Después de hacerle algunas preguntas, concluyó que Juan Darién era en realidad un tigre. Y como el inspector odiaba a los tigres, aconsejó que había que matarlo antes que él lo hiciera con la gente del pueblo.
Dicho esto y corrida la voz en el pueblo, se desató un odio tenaz contra Juan Darién. También buscaron la manera de probar que el niño Juan Darién era en realidad un tigre. Así, pidieron ayuda de un domador de fieras para que le descubriera sus rayas de feroz tigre. Encerraron al niño en una jaula con unos perros, pero nada sucedió. Al fracasar el domador y los perros que él había traído para la empresa de develar la verdadera naturaleza del niño, Juan Darién fue sacado de la jaula y apedreado.
Juan Darién era echado así del pueblo, pero antes de estar totalmente fuera de él, una mujer lo acusó de haber querido matar a su hijo. Esto le valió la condena definitiva, por lo que fue quemado en los fuegos artificiales y aquí finalmente el pueblo pudo ver al tigre que se escondía en el niño. Pero el niño tigre no estaba muerto, aunque quedó con muchas heridas, pudo internarse en la selva. Después de cierto tiempo, regresó al pueblo y se vengó, arrebató al domador de fieras y lo quemó en un cañaveral.
Una vez hecho esto, fue al pueblo y visitó a su madre muerta en el cementerio y junto al nombre de ella en la tumba, escribió Juan Darién. Además que le reconoció el hecho de haber sabido respetar el derecho a la vida de otros seres.
Grosso modo lo anterior es el argumento del texto o algo como la primera comprensión del cuento, sin embargo queda por establecerse qué nos quiere comunicar el autor con el mismo. En este sentido, podemos sugerir nuestra tesis. Creemos que la idea central es oponer la supuesta racionalidad del ser humano con la creencia de que los animales son salvajes y peligrosos por naturaleza.
Podemos apoyar nuestra tesis la con varios elementos. Vemos en la historia que los hombres actúan con fiereza contra el niño-tigre. Como una jauría, atacan al pobre Juan Darién y quieren acabar con él a como dé lugar. Las diversas situaciones del texto en donde se destaca el ataque a Juan Darién, configuran al hombre como irracional, carente de sentimientos, de respeto hacia la vida de otros seres. Y sobre todo, se muestra al ser humano como lleno de pasiones, que cuando se sale de control puede desatar instintos muy bajos.
Esto nos lleva a considerar que el ser humano no puede aceptar la diferencia. Juan Darién es despreciado por tener el pelo áspero, ojos claros y ser muy bueno. Pensemos en nuestras sociedades, las personas que se destacan o que sobresalen por encima de otras, son miradas con envidia y hasta desprecio por los otros. Juan Darién representa la diferencia y en ese sentido es atacado. Llevemos esto al contexto político venezolano, por ejemplo, en donde las personas son atacadas por no compartir las ideas políticas del grupo que está en el poder.
Es muy fácil señalar al otro cuando no se parece a uno o actúa como queremos. Normalmente, queremos imponer nuestros pensamientos a los demás, queremos homogeneizar a los puntos de vista y por eso castigamos la disidencia. Algo análogo le sucede a Juan Darién, se le ha configurado como tigre en el cuento, solamente para marcar una diferencia y mostrarnos la intolerancia.
Por otro lado, se muestra a ciertos animales como tiernos seres. Un tigre que convive con hombres, una culebra mansa y unos perros que mueven la cola de contento. El tigre, animal de la selva por naturaleza convive en un ambiente urbano con seres humanos y quiere instruirse a partir de ellos, la culebra no ataca a la mujer y al contrario la ayuda en su pena y los perros ven en Juan Darién a un buen muchacho.
Así, trataremos de sostener nuestra tesis anteriormente propuesta con los elementos que nos presta el texto. Trabajaremos entonces la oposición hombre/animal y sobre todo cómo se configura la relación perversa del hombre en contra del animal y cómo el autor presenta a los animales como tiernos seres. Claro está, el uso de los animales en el cuento tiene la intención de crear la diferencia entre diversos seres vivos, pero que nos lleva otra vez a la idea del rechazo de las personas que son distintas o que piensan de manera contraria a nosotros.
Como menciona Gadamer sobre la importancia del todo y las partes y las partes y el todo, estamos estableciendo una tesis general previa para todo el texto –irracionalidad humanas versus la amistad animal o la no irracionalidad animal-, ahora tenemos que ir a las partes o elementos del texto que sustentan nuestra hipótesis y que nos llevarán a una interpretación más objetiva.
El hombre
Rousseau decía que el hombre era bueno por naturaleza y que son las circunstancias las que modifican su conducta. Sin embargo, aunque la primera parte de este enunciado sea verdadera, cuando el hombre no es bueno, es terriblemente malo. No significa que el hombre esté ubicado en uno de los extremos, sino que todos en alguna mdida estamos compartimentados en lados buenos y malos.
Vemos estos dos comportamientos reflejados en Juan Darien. Pero particularmente más uno que el otro. Destaca la parte horrible sobre la parte buena en nuestro cuento.
La parte buena y piadosa del hombre la vemos reflejada en principio por la actitud abierta y compasiva de la joven mujer que recibe en su seno al tigrecito recién nacido. Para ella, en su estado de tristeza por la muerte de su hijo, habría podido ser fácil aniquilar al tigre por estar pasando por una frustración. Sin embargo, lo “llevó a su seno y lo rodeó con sus grandes manos. Y el tigrecito, al sentir el calor del pecho, buscó postura cómoda, runruneo tranquilo y se durmió con la garganta adherida al seno maternal” (pág. 1)
Vemos de esta cita que ha primado el aspecto maternal de la mujer antes que el odio ciego contra un animal salvaje. Sin embargo, también podríamos sugerir que se ha impuesto el egoísmo de la joven mujer, pues ella para pasar su pena y encontrar alivio a su pesar ha tomado el animal sin pensar en el sufrimiento que le acarrearía en el futuro al tigrecito. Si bien es cierto que ha salvado una vida, nos queda la duda si lo hizo por el animal mismo o como ser sustituto por el hijo que había perdido. Si ella sabía que en su pueblo no se querían las fieras salvajes, ¿por qué lo tomó? ¿No imaginaba que le estaba creando un terrible sufrimiento futuro cuando los hombres descubrieran la verdadera identidad a Juan Darién?
Si revisamos los atributos de Juan Darién, también notamos que es descrito con rasgos muy positivos, “Juan Darién era, efectivamente, digno de ser querido: noble, bueno, generoso como nadie… ¿Acaso por ser salvaje en el fondo de su naturaleza?” (pág. 2).
Llama la atención la postrera pregunta, porque se está sugiriendo que la bondad de Juan Darién se debe a su origen salvaje y no al humano.
Hemos visto que el ser humano es bueno, tiene sentimientos nobles y puede expresar el amor incluso a una criatura salvaje. No obstante, el hombre también es malo y a veces terriblemente malo, como se configura en la oposición hombre y animal del cuento.
Podemos inferir del texto que en general la gente del pueblo tiene una percepción de los animales salvajes como enemigos de los hombres por naturaleza, y esto es de hecho es así. Tenemos la idea que los animales son peligrosos y por ello siempre los situamos a ellos en la selva y a nosotros en la ciudad, en la urbe, como supuestos seres civilizados. Esto lo notamos cuando la joven mujer siente temor de que su animalito sea matado por el pueblo si los habitantes se enteran de la situación.
En este sentido, a través del texto podemos percibir que el hombre es el animal y el animal muestra rasgos más bondadosos. Incluso, el ser humano va contra él mismo y con más fiereza todavía contra los seres salvajes.
Esto se nota al principio cuando un hombre entra con su revólver para matar a la fiera que escuchó rugir y por el odio que el pueblo le expresa a Juan Darién. El odio humano se va a salir de su cauce cuando el inspector descubre el verdadero origen de Juan Darién y sugiere su sacrificio. Llaman la atención estas palabras suyas, “parece un hombre, y con los hombres hay que proceder con cuidado”. En realidad, el inspector ha descubierto que Juan Darién representa la diferencia y ante la diferencia el ser humano pareciera perder el raciocinio y pierde el control. Cuantas veces no nos hemos peleado por puntos de vistas diferentes, por no compartir las mismas ideas religiosas o por tener un dogma político diferente.
El inspector nos está alarmando del peligro que puede representar el ser humano. Por que las personas estamos sujetas a las pasiones, así digamos que somos muy racionales y respetuosos de las diferencias. Cuando las personas Juan Darién puede ser potencialmente más peligroso en su estado humano que animal. Se supone que los peligrosos, por los instintivos y salvajes, son las fieras y con ellos si se debería proceder con bastante cuidado. Pero el inspector está asignando esta idea a Juan Darién, que aunque de origen animal, está en estado humano.
Así la fiereza y lo salvaje de lo humano sale a florecer cuando el inspector aconseja el asesinato de Juan Darién y el pueblo, como una masa desbocada por las pasiones y sin racionalidad, va en busca de Juan Darién a su casa y lo sacan para llevarlo a su acabose. Esta parte del texto nos evoca a Jesús, que por querer transmitir nuevas ideas fue también apedreado, traicionado y matado. Él sólo pensaba y hacía cosas distintas y eso fue el mayor motivo por el que se le llevó a la cruz.
El pueblo vive un éxtasis y como enceguecido exige ver las rayas de tigre de Juan Darién. La gente del pueblo se ha plantado un objetivo y ya nadie lo sacará de ahí. Algo análogo a las masas que tienen un ideal político o los fieles de una religión, caen irracionalmente en una creencia y difícilmente salen de ahí hasta estar satisfechos.
La maldad humana se torna visible cuando encierran a Juan Darién con unos perros para que éstos ataquen al muchacho, cuando lo apedrean y finalmente, cuando lo queman en los fuegos de artificio.
Han buscado diversos métodos para acabar con Juan Darién y lo han conseguido. Querían ver las rayas de un tigre y lo han logrado. Con su comportamiento salvaje han acabado con una vida, pero esa ha sido la única manera de ver complacido sus instintos destructores. Esto nos confirma que las personas exaltadas ven lo que quieren ver, buscan lo que quieren encontrar. Así necesariamente, cuando atacan o se actúen despiadadamente no tengan razón.
Juan Darién fue acusado y matado sin habérsele encontrado delito alguno. Se le acusaba de posiblemente devorar a los hombres por su condición de salvaje, pero la historia se dio al revés, él fue devorado por los “bondadosos humanos”. Los humanos fueron terribles con él, todavía teniendo él figura humana. No respetaron ni siquiera a uno de su especie, tomaron una actitud instintiva de defensa que los puso al nivel de salvajismo que ellos mismos atribuían a los animales salvajes.
Echemos un vistazo a la forma en que los animales son presentados en el texto.
Los animales
La idea humana es que los animales salvajes son peligrosos por su naturaleza y por lo tanto hay que temerles. Sin embargo, en Juan Darién notamos una percepción diferente.
Los animales son presentados con rasgos bondadosos. El tigrecito es una fiera indefensa y ya cuando está desarrollado como Juan Darién, es un ser noble y generoso. Él no siente ningún odio hacia los humanos y los animales dañinos y lo que le interesa es educarse. Instruirse entre los hombres para quizás ser como ellos, pero vemos que la educación sirve de poco para los humanos del cuento. Es un inspector educativo quien lo acusa, ¿no se supone que entre la gente educada debe haber mayor tolerancia y comprensión? No es el caso aquí, es en la escuela donde se inicia efectivamente su condena.
Cuando Juan Darién regresa a su condición de tigre y consuma su venganza con la muerte del domador, no podemos pensar que el tigre actúa salvajemente y que los humanos tenían razón. Recordemos que el tigre mantiene tres cosas humanas: “el recuerdo vivo del pasado, la habilidad de sus manos que manejaba como un hombre, y el lenguaje”. (pp. 6-7). El recuerdo vivo del pasado es lo que le permite vengarse. Es una propiedad humana buscar siempre la venganza, porque como dice el dicho: “se perdona pero no se olvida” y el tigre no olvidó porque al tener un rasgo humano actuó de tal manera, pues el humano es el único ser que no descansa hasta ver saciada su hambre de venganza. Esto, igualmente, nos recuerda que todos llevamos una bestia adentro y a veces actuamos en consecuencia.
El haber mantenido esos rasgos humanos le permitió comunicar, utilizar el lenguaje para agradecer a su “madre” y escribir con su propia sangre su nombre en la tumba de ella. Vemos al tigre como un ser noble, agradecido y fiel a su madre.
El tigre tiene una importancia capital para el cuento y para la configuración irracional del ser humano. El tigre es como la otra parte del hombre, la que oculta, la que tiene escondida en las selvas más profundas de su ser. El tigre es instintivo por naturaleza, como naturaleza es el hombre. Posee la cualidad de agazaparse para atacar, como lo hace el hombre cuando ataca o traiciona. El hombre esconde sus intenciones y de pronto las deja salir y con este ataque traicionero quiere deshacerse de sus enemigos o de los que actúan o piensan diferente. Análogamente, el tigre persigue a sus víctimas sigilosamente y atacan cuando ellas menos lo esperan.
Ahora veamos el caso de los perros, aunque son perros de caza, ellos no vieron en Juan Darién un tigre de tal manera que no atacaron, pero aunque no hubiesen visto un tigre por naturaleza debieron haber atacado porque estaban solos en una jaula con la “presa”. Al contrario, los perros vieron en Juan Darién un chico bueno y ellos mostraron su amistad al mover la cola. Los perros, probablemente no vieron en Juan Darién que a alguien de su misma condición, otro ser que no presenta gran diferencia con ellos. Esto nos lleva a reflexionar en el siguiente punto. Los perros no ven diferencia con Juan Darién que está en condición humana, pero los hombres si destacan la diferencia de Juan Darién y no le toleran eso. Vemos que los seres humanos somos configurados como menos tolerantes.
De hecho en el texto se destaca ampliamente la intolerancia. La intolerancia a ser diferente. Juan Darién es condenado por ser una persona buena, muy estudiosa, de pelo áspero y ojos claros. Es común que en nuestras sociedades no se tolere la diferencia, siempre hay la envidia y no el querer que el otro se distinga.
Por último, queremos destacar la culebra. Es mostrada como “mansa, vieja y sabia” (pág. 1). Es una culebra que no ataca sino que da consejo a la joven mujer y un consejo bueno. Normalmente la culebra es asociada con el mal desde tiempos bíblicos, pero el texto presenta otra concepción. Es mostrada como un ser con palabras mágicas y sobre todo como el ser que posee la verdad, ya que todo lo que le dice a la joven mujer, se cumplirá. En la Biblia la mujer engaña a Adán y Eva para que coman el fruto prohibido, aquí la culebra se hace amiga de la mujer y nada de lo que dice es un engaño, sino palabras que se cumplirán proféticamente.
¿A qué nos lleva la oposición hombre-animal?
Nos lleva a crear una diferencia entre el ser humano y los animales y, particularmente, a asignarle a cada uno de ellos ciertas características. Al hombre se le asigna al rasgo de ser superior, bueno por naturaleza y de conmover con sus sentimientos. Al animal, de ser peligroso e instintivo. Sin embargo, vemos en Juan Darién que estas posiciones se revierten al mostrarse un ser humano conducido por las pasiones e instintos de defensa que desembocan en la muerte de otro ser. Y se nos muestra a los animales como dóciles, sabios, buenos, mansos y carentes de agresividad.
Sin embargo, el hecho de que haya una diferencia apriorística tan amplia entre los humanos y los animales en general, hace que los primeros tengan la voluntad de matar sin mucho pensar. Que los hombres no respeten la vida de otros seres.
El gran reclamo que encontramos en el texto es que la vida se debe respetar, poco importa el ser, sea éste humano o animal, mientras exista en el universo, se le debe permitir vivir. Y así de hecho lo hace saber el tigre cuando agradece a su madre, “Tú sola supiste, entre todos los hombres, los sagrados derechos a la vida de todos los seres del Universo. Tú sola comprendiste que el hombre y el tigre se diferencian únicamente por el corazón”. (pág. 8).
El tigre nos dice que no importa como se manifieste la vida, sigue siendo vida y no hay derecho para arrebatarla. Además que es una cuestión de sentimiento lo que diferencia al tigre del hombre, la capacidad de querer, comprender y perdonar es quizás humano, pero eso no le basta al hombre para dejar comportamientos irracionales.
Conclusión
El último punto del círculo es la aplicación o la transmisión de la intención del autor a través del intérprete. Si llevamos la historia de Juan Darién a nuestro contexto, experiencias y cultura, llegaremos a la conclusión de que cada día mueren muchos Juan Darién. Podemos señalar las corridas de toros, en donde un animal indefenso es sometido al supuesto valor de un hombre o las peleas de gallos, en donde, los animales como objetos son sometidos a una riña que no les pertenece. Cabe mencionar también las personas que matan un perro, por el sólo hecho de que ellos son humanos y el can es una vida inferior.
El ser humano ha utilizado esta concepción de superioridad para imponerse a seres vivos supuestamente inferiores y en consecuencia acaban sin mucha mesura con otros tipos de vidas que no sean humanas. Esto no significa que los humanos no se maten entre ellos mismos; no obstante, queremos hacer notar la posición de inferioridad del animal ante el hombre y la recalcada diferencia entre uno y otro.
Bibliografía
- Beuchot, P. M. (1997). Perfiles esenciales de la hermenéutica. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
- Gadamer, H.G. (1994). Verdad y Método II. (2ª. ed., trad. de Manuel Olosagasti). Salamanca: Ediciones Sígueme.
- Quiroga, H. (1912). Juan Darién.
- Ricoeur, P. (1995). Teoría de la interpretación. Discurso y excedente de sentido. México: Siglo XXI Editores.
- Rodríguez, Y. (2002). La hermenéutica aplicada a la interpretación del texto. El uso de la técnica del análisis de contenido. Revista ciencias de la educación, año 2. Número 20.

Ningún respeto


Artículo extraido de www.peacereporter.net y traducido del italiano por Nelson Méndez.



Las esclavas del sexo en Irak nos cuentan sus travesías

La familia de Asma estaba atravesando serios problemas financieros cuando un hombre sobre los sesenta años le presentó al padre de la muchacha una propuesta que no podía rechazar: decía que quería contratar a Asma por 200 dólares americanos al mes para que atendiera a su madre discapacitada.

Historias dolorosas. La madre de Asma es ciega y su padre inválido, siempre luchando para llegar a final de mes. El hombre le aseguró a la pareja que Asma podría irlos a ver y que crecería junto a sus hijas. La indigente familia aceptó la oferta, pero Asma, de 17 años no tenía idea de las cosas que le estuviesen esperando. “Mi trabajo no consistía solamente en ocuparme de la cocina: me obligaban a tener relaciones sexuales con el hijo del hombre que me había contratado y con cuatro o cinco de sus amigos”, cuenta después de haberse escapado de una vida de esclavitud sexual. “Dejé la casa de mi padre virgen y ahora estoy…” Se interrumpe. Su padre no dice nada por otra parte “pongo nuevamente mi confianza en Dios”.
La situación de seguridad se está deteriorando y la ausencia de leyes ha consentido que la esclavitud sexual se propague en Irak. Los traficantes pueden vender sus víctimas sin miedo de ser castigados.
Según relación del Departamento de Estado de EE.UU. por el tráfico de personas, las muchachas, las jovencitas y los niños procedentes de familias pobres e incultas son obligados a la prostitución: revendidos en Irak y en países extranjeros como Siria, Jordania, Qatar, los Emiratos Árabes, Turquía e Irán.

En la inestable ciudad del noroeste, Mosul, cercano a la frontera con Siria, las muchachas y las jovencitas que provienen de familias indigentes y sin cultura, son particularmente vulnerables a la explotación sexual.

Como esclavas. Muchas de ellas, empleadas para labores domésticas, al final se convierten en esclavas sexuales. Khaled, de 45 años, admite rápidamente su implicación en el negocio del sexo. Vestida de jeans y una camiseta amarilla, cuatro o cinco anillos en los dedos y una pulsera en la muñeca. Este reportero ha sido testigo de haberla visto discutir con un cliente con respecto a si prefería una esclava de color o de piel blanca.

“Conozco a algunas familias que están dispuestas a hacerse mantener de sus hijas”, Ha dicho. “Algunas me piden si sus hijas pueden trabajar exclusivamente en la cocina, mientras otras personas cierran los ojos y dicen que no tienen idea que sus hijas serán usadas como prostitutas”. Otras mujeres buscan a Khaled por cuenta propia pero no siempre conocen bien su trabajo. Zaineb, 20 años, es una encantadora joven de piel olivastra. Se sentía responsable por la manutención de su familia. Su padre había sido arrestado por la policia norteamericana, su madre estaba enferma y sus hermanas menores necesitaban a alguien que se ocupase de ellas. Zaineb encontró trabajo a través de Khaled, pero descubrió con horror que había entrado en el túnel de la prostitución. “Debo tener relaciones sexuales con diversos hombres cada noche” cuenta Zaineb, que consiguió ponerse en contacto con el Instituto para Informes sobre la Guerra y la Paz (IWPR, por sus siglas en inglés). “Mi jefe y sus amigos me llevaban siempre a una granja, se embriagaban y después tenían sexo conmigo. Lloro, pido, ayudo a mis progenitores, pero ¿cómo puedo sentirme?”. Las víctimas de la esclavitud sexuale en Irak tienen poca ayuda por parte de la policía o de los tribunales. Las leyes iraquíes castigan exclusivamente la explotación de niños.

Una pesadilla infinita. Muchas mujeres son atrapadas en una red y reducidas a la esclavitud en Irak con la promesa de una nueva vida en el Golfo. Khaled ha convencido a la familia de Alia, de 18 años de edad, de que un hombre en el Golfo estaba ansioso de casarse con ella y le ha comprado el pasaporte y vestidos nuevos. “Como cada esposa era feliz”, cuenta. “Pero después de haber llegado al golfo, he descubierto que el esposo no era más que un gestor de un club nocturno que explotaba muchas otras mujeres iraquíes a través de la prostitución. Logré escaparme después de diez meses humillantes. Gritaba mientras uno hombre me hacía el sexo; me trataban como una esclava que había sido comprada. He perdido mis sueños, esperanzas y futuro”. El documento del Departamento de Estado advierte que el gobierno iraquí no le ha dado seguimiento a algún caso este año, no ha ofrecido protección a las victimas o hecho algún esfuerzo para prevenir o documentar el tráfico. Ha también documentado los esfuerzos necesarios para “tener controlada la complicidad de los funcionarios públicos en el tráfico de mujeres iraquíes”.

Sahar al-Haideri*

*Sahar al-Haideri fue una periodista que trabajaba para el Instituto para Informes sobre la Guerra y la Paz en Mosul. Fue asesinada en junio de 2007.