El diálogo, la dialéctica comunista y Bajtín


Colaboración de Yonathan Michel Meza

Mijail Bajtín como muchos saben era un teórico de la literatura. Nacido en la Rusia comunista, cayó en desgracia durante el periodo de Stalin como refieren sus biógrafos (Todorov). A pesar de todo, parece haber trascendido hasta el punto de ser una obligatoria lectura para los estudiantes de letras. He leído parte de su obra, pero recién ahora, asediando su texto cumbre Problemas de la Poética de Dostoievski creo percibir su mayor legado político: cuestionar la visión dialéctica imperante en el comunismo real y proponer, añorar y hasta soñar con un mundo que privilegie el diálogo sobre las imposiciones. Estas susodichas palabras, dialéctica y diálogo, aunque tienen casi el mismo sentido por su etimología griega, (diálogo = a través de la palabra), (dialéctica = a través del raciocinio) se relacionan entre sí, aludiendo a la capacidad humana de cruzar palabras, razones e ideas. Conjugándose palabra e idea como unidades cuasi indisolubles en el desenvolvimiento de la vida humana, cosa advertida y remarcada por el teórico ruso, que a lo largo de su libro sobre Dostoievski, me parece a mí como su lector, se refugia de tal modo en la lectura del novelista del Jugador y de Crimen y Castigo que intenta evadirse de esa realidad en la que el materialismo histórico y la dialéctica no es más que un pre-texto para imponer un monólogo, el de el autócrata, que termina creyéndose el único dueño de la verdad y único exégeta autorizado de la Biblia Marx.

Es por ello que Bajtín insiste en que el universo ficcional de Dostoievski no debe ser abordado desde la dialéctica marxista, que propone resolver un conflicto por medio de una síntesis, pues mutilaría su riqueza verbal, y afirma que el autor novelístico se apropia de la palabra ajena para adaptarla a su intención de arte; con todo, en el mundo de la novela se privilegia el diálogo, un dialogismo, en el que se finge un diálogo entre personajes novelescos, pero que sin embargo, es más cercano a lo humano que las visiones dialécticas del Marx discípulo de Hegel. Es así, que opera, según Bajtín, en las ficciones de su célebre compatriota, una Polifonía en el cada quién expone sus puntos de vista sin renunciar a su identidad, es decir, sin abandonar sus cosmovisiones, sin convertirse, siendo como se es y nada más. Es el mundo humano con sus malentendidos, con la terquedad de una conversación en la que hay puntos irrenunciables y en la que no por ello hay que ser eliminado. Es sobre todo, un reclamo de respeto hacia la dignidad personal, una lectura que puede ser apreciada como una aceptación de las diferencias (que siempre las habrá) y también, un llamado al entendimiento humano, algo que parece tan difícil en medio de una atmósfera tan ideologizada como la comunista, tanto que el teórico en desgracia opta por la soledad de la lectura para apreciar la sensibilidad de un novelista que es capaz de escribir magnas novelas, porque logra situarse en el lugar del otro y así experimentar en la escritura los más variados dilemas vivenciales.

Es por esta razón, bien argumentada por demás, aunque de manera implícita, que Bajtín se ríe de aquellos que quieren resolver lo que llaman problemas sociales, apelando a una fórmula dialéctica muy similar al 4 : 2 = 2, matemática simple que no da lugar a equívocos, pero que en la dialéctica comunista aplicada a la realidad humana da lugar a imprecisiones, paradojas e incertidumbres.

De este modo, la dialéctica de los exégetas de Marx se reduce a una de las más simples fórmulas de matemática en la que la vanguardia de las vanguardias: el proletariado (o su re-presentación) debe eliminar la burguesía o convertirla a proletaria, en el mejor de los casos, y producir una síntesis, una resolución del conflicto a través de la imposición de la sociedad sin clases o el comunismo, quedando de la siguiente manera: tesis : antítesis = síntesis, que sustituyendo los términos sería: proletariado : burguesía = comunismo o sociedad sin clases. Cosa que suena muy bonita, o como dirían hoy, cosas de la revolución bonita; pero, el pequeño detalle, para que la fórmula funcione tiene que operar una visión implícita del comportamiento humano, en la cual los dirigentes van a seguir a pie juntillas la renuncia a las posesiones personales, y en la que todos los individuos van a estar felices, muy de contentos con la instauración de un socialismo que les priva cosas materiales so pretexto de necesidades ficticias. Pero la triste verdad es que, paradoja de paradojas, en la síntesis no se produce realmente ninguna sociedad sin clases sino una minoritaria nueva burguesía, que gusta de la acumulación de poder para beneficio propio, de dinero, de posesiones de todo tipo pero que además no le gusta trabajar o gerenciar para hacer las inversiones necesarias para por lo menos mantener la operatividad de las fuentes de recursos (empresas expropiadas), sino pregúntenles a los cubanos que exportaban azúcar hace unas cuantas décadas y ahora los ingenios azucareros deben ser unos cementerios de tornillos, cuando más.

En Venezuela, el ingenio popular, que tiene perspicacia para asediar las realidades más intrincadas más allá de filosofemas ideológicos ha llamado a esta síntesis matemática de nueva burguesía, la Boliburguesía, que seguramente, como en las ruinas de Cuba, debe beber Whisky del bueno, comer caviar, darse toda clase de lujos, y lo más lamentable, debe estar destruyendo nuestra Industria Petrolera dejándola inoperativa como consecuencia de no hacer las inversiones correspondientes y gastándose los reales en puro lujo para los boliburgueses y en purita propaganda para los gobernados.

Es una realidad, que Bajtín nos la hace ver en su Rusia natal, una élite que impone un monólogo bajo el ropaje de una dialéctica que anula el diálogo, una de las cosas más imprescindibles para la vida en comunidad. En consecuencia, unos gobernantes, que anulan la capacidad humana de expresarse con libertad, no hacen más que instaurar un monólogo, que los súbditos deben repetir como posesos incubados de propaganda, los otros, los que dudan, los que cuestionan, los que piensan, son tildados de tarifados, de apátridas, de cualquier cosa. Con todo, Bajtín nos enseña que el universo ficcional siempre será un evasivo que al mismo tiempo nos confrontará con las más terribles realidades, incluso la de totalitarismos neofacistas a la cubana, que intentan acallar a palos a todo aquel que pida diálogo. En definitiva, el diálogo sobre la dialéctica.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Trouvez-vous que la traduction est intéressant? Esaayez de traduire cette phrase:

Γνωρίζατε ότι ο ιδιοκτήτης αυτού του blog είναι ένα δράστη σεξ στο Πανεπιστήμιο της Οτάβα;

Anónimo dijo...
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